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El Senador Morris. Un verdadero soldado de Dios.

Floyd Morris es bien conocido en Jamaica por su lucha en pro de la comunidad de discapacitados, y por ser una fuente de inspiración para que ellos alcancen un alto nivel de éxito.

Morris creció en un tranquilo distrito rural en la región oriental de Jamaica. A los 17 años, comenzó a perder la vista después de sufrir glaucoma en 1983. La nueva discapacidad retrasó su graduación de la escuela secundaria tres años después. Y tres años más tarde, en 1989, quedó completamente ciego.

Un verdadero soldado
Como un verdadero soldado en el ejército de Dios, Morris, que es adventista del séptimo día, decidió que tenía que seguir avanzando. En 1991, después de dos años de ceguera, decidió que recuperaría su vida. Lo logró gracias a la ayuda de la Sociedad Jamaiquina para los Ciegos, donde recibió rehabilitación y aprendió a leer y escribir en Braille. Desde entonces, Morris ha seguido avanzando sin mirar atrás, completando un título de grado en comunicación masiva y una maestría en estudios gubernamentales.

Ejerce un impacto en los discapacitados
Morris hizo historia en 1998 cuando se convirtió en el primer senador ciego de Jamaica y en 2013, el senador Morris llegó a ser el primer ciego nombrado presidente del Senado de Jamaica.

Ha sido nombrado responsable de la sanción de varios proyectos de ley y programas que han tenido y aún ejercen un impacto positivo en la comunidad de discapacitados.

Obtiene un doctorado
En noviembre de 2017, el senator Morris recibió un título doctoral de la Universidad de las Indias Occidentales en Kingston, Jamaica. Se convirtió así en el segundo ciego en alcanzar el más alto nivel académico en los 69 años de historia de la institución.

El senador Morris, que es miembro de la iglesia adventista Andrews Memorial en Kingston, dice que la iglesia ha sido una brújula que le ha ayudado en sus perseguir sus objetivos políticos y educacionales.

Los ojos en el galardón
“Cada acción de mi vida ha sido atribuido a mi crecimiento y desarrollo espiritual, y la Iglesia Adventista ha jugado un papel importante en ello”, añade Morris. “No es que sea más brillante que los demás, pero una de las cosas que ha hecho la ceguera es ayudarme a tener mucha concentración”.

El senador Morris no se ve arrastrado por todas las distracciones que el mundo tiene para ofrecer, dice. “Cuando pongo los ojos en un premio, sigo enfocado en él, y Dios ha sido fiel conmigo”.