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En Pathway to Health, se anima a los voluntarios a seguir el plan de Dios para sentirse bien.

21 de abril de 2022 | Indianápolis, Indiana, Estados Unidos | Marcos Paseggi, Adventist Review

“A los médicos y los profesionales médicos les gusta estudiar historias de casos”, dijo el orador Mark Finley en el culto de adoración del ministerio Pathway to Health el 16 de abril. “La historia [bíblica] de Naamán es un antiguo estudio de caso que nos enseña verdades eternas tan actualizadas como los últimos estudios científicos”.

El mensaje de Finley, presentado solo unas horas antes de la apertura oficial de la megaclínica gratuita en el Estadio Lucas Oil en Indianápolis, Indiana, Estados Unidos, buscó animar y motivar a 2500 voluntarios adventistas para que vivan lo que predican a los demás. Los voluntarios incluyen profesionales de salud de diversas especialidades y también pastores, docentes, asistentes administrativos, intérpretes, ingenieros, gerentes de logística y gerentes de salud, entre otros.

Los ojos de la compasión

Volviendo la atención a su audiencia en el segundo piso del masivo auditorio a la historia bíblica registrada en 2 Reyes 5, Finley inició su mensaje enfatizando el papel que jugó la joven sierva de Israel, que le dijo a Naamán que fuera y buscara el profeta de Dios en Israel para recuperar la salud.

El evangelista internacional Mark Finley predica a los voluntarios de Pathway to Health 2022, en el auditorio abierto en el segundo piso del Estadio Lucas Oil en Indianápolis, Indiana, Estados Unidos. Finley dijo que el gran objetivo final de la iniciativa es revelar al Cristo viviente a las personas que lleguen en busca de la salud. [Fotografía: Samuel Girven]

“Esta historia nos habla”, dijo Finley. “Una jovencita cautiva judía tuvo ojos para ver la necesidad de otra persona […]. Miró con los ojos de la compasión divina. Vio –en la vida de alguien que era increíblemente diferente– la posibilidad de ponerlo en contacto, por medio de su enfermedad, con un hombre de Dios que compartiera con él los principios del reino eterno, y para que su vida así pudiera cambiar”.

Finley entonces dijo que al igual que la joven sierva de Israel, Dios nos ha llamado a ser luces en un mundo oscuro. “Podemos ser embajadores de salud en un mundo que está muriendo antes de tiempo, a menudo por enfermedades autoprovocadas”, dijo Finley. “Pero una persona puede marcar la diferencia”.

En los siguientes minutos, Finley desarrolló lo que él denominó “cinco verdades eternas de la historia de Naamán”.

Tomar decisiones sabias

En primer lugar, la clave se encuentra en tomar decisiones sabias, dijo Finley. En el relato bíblico de 2 Reyes 5, Naamán aparece con dudas y se muestra reacio a hacer lo correcto. “¿Ha dudado usted alguna vez si hacer lo que sabe que es correcto?” preguntó Finley. “¿Pero ha notado el número de veces que la sanación está asociada con las elecciones positivas?”

Según Finley, hay veces en las que erigimos barreras artificiales al cambio. Quedamos atrapados por conductas negativas y aprisionados en hábitos destructivos. “Naamán se vio forzado a tomar una decisión”, dijo Finley. “Seguir la orden divina o continuar leproso”.

De la misma manera, dijo Finley, puede ser que algunos voluntarios de Pathway to Health tengan algunas prácticas no saludables que les están acortando la vida, y que necesitan vencer con la ayuda de Dios. “Acaso Dios los ha traído aquí no solo para servir sino para ser servidos […]; no solo para dar sino para recibir”, les dijo Finley a los voluntarios.

Obedecer las órdenes divinas

Dado que Dios no obró de la manera en que Naamán pensó que tenía que obrar, Naamán se enojó. Hay veces también en nuestra vida cuando Dios obra de maneras que están más allá de lo que podemos imaginar, dijo Finley. “Cuando tratamos con Dios, podemos esperar lo inesperado”, dijo Finley. “Podemos esperar que Dios nos sorprenda. A medida que el Espíritu nos convence de que tenemos que cambiar, Dios puede llevarnos por caminos en los que jamás habíamos pensado antes”.

Al igual que Naamán, sin embargo, hacemos bien en obedecer los mensajes de Dios y a los profetas de Dios, dijo Finley. Animó a los voluntarios de Pathway to Health a que “cultiven una obediencia presta, exacta, incondicional y gozosa a cada orden” de los profetas de Dios. “La bendición se encuentra en la dirección de la obediencia. Las órdenes de Dios no son sino carteles que marcan el camino para presentar éxito y bendición”, dijo. “El camino de la obediencia es el camino de la bendición”.

Seguir los métodos del cielo

Finley dijo que a menudo, seguir los métodos del cielo para la salud no implica procedimientos complicados o incómodos. Según él, las investigaciones científicas actuales confirman el mensaje adventista de salud. “No tenemos nada de qué avergonzarnos”, dijo Finley.

Reportó que recientes investigaciones llevadas a cabo por la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de Harvard concluyeron que mantener unos pocos hábitos saludables —ingerir una dieta saludable, hacer ejercicio periódicamente, mantener un peso corporal saludable y evitar el alcohol y el tabaco— añaden más de una década a la expectativa de vida.

¿Pero por qué queremos tener cuerpos saludables? Preguntó Finley a su audiencia. “¿Solo para vivir más tiempo?”

No es así, respondió. “Es para que disfrutemos de una vida abundante y podamos servir por más tiempo”, dijo Finley.

Creer en las promesas de Dios

Como cuarta lección, Finley dijo que en la historia de Naamán existe un vínculo entre la sanación física y la sanación espiritual. “¿Piensan ustedes que fue el agua del río las que sanó a Naamán de su lepra?”, preguntó a los voluntarios. “Por supuesto que no, Fue el poder de Dios”, explicó. “Dios a menudo usa más medios naturales para que mantengamos la salud y para brindar sanación a nuestro cuerpo, pero la sanación es un don que proviene de Dios”.

Al mismo tiempo, enfatizó, la fe es clave para la sanación. “La fe es confiar en Dios como en un amigo, creyendo que sus órdenes son siempre para nuestro bien, y que su deseo para nuestra vida es que tengamos vidas de abundancia y gozo”, dijo Finley. Citó a Dan Buettner, creador de Blue Zones. Buettner entrevistó a algunos de los grupos de personas más longevos del mundo (lo que incluye a los adventistas de Loma Linda), y encontró que la fe era un punto que todos ellos tenían en común. “En todas las [regiones de] Blue Zones, los centenarios eran parte de una comunidad religiosa. La gente que presta atención a su lado espiritual tiene índices menores de afecciones cardiovasculares, depresión, estrés y suicidio, y su sistema inmunológico parece funcionar mejor”, escribió Buettner. “Hasta cierto punto, ser adherentes de una religión les permite renunciar a los estreses de la vida diaria, entregándoselos a un poder superior”.

Compartir lo que sabemos

La historia de Naamán nos dice que fue puesto en contacto con el pueblo de Dios para que su vida pudiera ser transformada y cambiada, dijo Finley. De igual manera, para ustedes “como profesionales médicos, las personas que crucen las puertas de este lugar vienen por razones físicas, pero Dios tiene una agenda diferente. Dios las trae aquí […] y les servimos sin ninguna otra intención”, enfatizó. “Pero todo el tiempo, con los ojos ungidos por Dios, oramos para que el Espíritu del Señor abra las puertas de algunas corazones […], para que [alguien] sea salvado para el reino de Dios porque fue tocado por la gracia y cautivado por el amor y redimido por el poder de la cruz”.

Y concluyó diciendo: “Nuestro gran objetivo es revelarles al Cristo viviente”.

Traducción de Marcos Paseggi

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