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Los pacientes con elevado Índice de Masa Corporal (IMC) probablemente sean más vulnerables a los efectos del COVID-19.

18 de enero de 2022 | Loma Linda, California, Estados Unidos | Molly Smith, Noticias de la Universidad de Loma Linda

Los investigadores han hallado que los pacientes con COVID-19 que son obesos luchan más con los efectos a largo plazo de la infección, en comparación con los que tienen un menor IMC. El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) ha determinado que la obesidad incrementa el riesgo de hospitalización, admisión a la Unidad de Cuidados Intensivos, ventilación mecánica y muerte.

Con datos de pacientes muy enfermos que requerían cuidados intensivos, la Universidad de Loma Linda colaboró con un estudio reciente de casi cinco mil pacientes, publicado en la revista especializada Obesity, que refutó la noción de que los pacientes obesos de COVID-19 mueren a un índice mayor y, en su lugar, reveló que esos individuos tienen que luchar más con los efectos a largo plazo, en particular con sus pulmones y riñones.

“Aunque nuestra investigación señala que la obesidad no es un factor independiente de riesgo para que se produzca la muerte por COVID-19, hemos observado que un número de pacientes jóvenes mueren o tienen muy malos resultados, en situaciones en la única afección médica es la obesidad”, dijo H. Bryant Nguyen, director de la Unidad de Cuidados Intensivos médicos del Centro Médico de la Universidad de Loma Linda. Nguyen también es profesor y director de la División de Atención Médica, Pulmonar y de Cuidados Críticos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Loma Linda.

Poco más de la mitad de los pacientes observados sufría de obesidad, definida por un IMC de 30 o más. Un IMC de 25 o más no se vio asociado con una mayor probabilidad de muerte, trombosis o coágulos de sangre en los pulmones, pero mostró un riesgo mayor de síndrome de afecciones respiratorias aguadas o de lesiones renales agudas que requirieron diálisis.

Un estudio mayor, publicado en la revista especializada Clinical Infectious Diseases, incluyó a más de once mil pacientes admitidos a 245 hospitales de 38 estados de los Estados Unidos, y también halló que loa pacientes con obesidad tenían una probabilidad mayor de requerir un respirador, mientras que la obesidad en sí no era un factor de riesgo para la muerte.

La obesidad sujeta a una persona a un sistema inmunológico estropeado y a una capacidad reducida de combatir la enfermedad, dijo Nguyen. La severa inflamación que resulta del COVID-19 puede causar un síndrome de afección respiratoria aguda en pacientes con peso normal, pero un cuerpo ya inflamado puede ser susceptible a lesiones más graves, lo que resulta en efectos a largo plazo.

Nguyen dijo que no ha observado tendencias relacionadas con pacientes con COVID con peso por debajo de lo normal. Parece ser que los pacientes ancianos y de nutrición deficiente tienen resultados similares a la mayoría de las demás enfermedades o afecciones.

“Si la obesidad es un factor de riesgo o no para la muerte aún no está claro. Pero sabemos que no es una buena situación para los pacientes que sufren de COVID-19”, dijo Nguyen.

Más allá del IMC, los pacientes no vacunados tienen el índice más alto de admisión a las Unidades de Cuidados Intensivos en la nación. Nguyen insta a los que sufren de obesidad a que se vacunen y reciban el refuerzo para contar con una capa extra de protección que prevenga el posible riesgo de tener malos resultados como consecuencia del COVID-19.

La versión original de esta noticia fue publicada en el sitio de noticias de la Universidad de Loma Linda.

Traducción de Marcos Paseggi

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