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En el área de publicidad y presencia de marca, hay algo que cada miembro de la Iglesia Adventista puede hacer.

¿Cuándo fue la última vez que usted llevó a cabo un inventario del valor de la marca de su iglesia local?

Dicho de otra manera, ¿qué piensa la gente en la zona de influencia de su iglesia sobre la congregación y sus miembros? ¿Creen que ustedes son honestos? ¿Creen que ustedes son amables, empáticos o apáticos?

En lo que respecta a las marcas y entidades con las que interactuamos, como por ejemplo restaurantes, concesionarias de automóviles y servicios, por lo general podemos expresar lo que pensamos y opinamos al respecto con bastante rapidez. Por ejemplo, para mí, Taco Bell es barato, pero así también es la calidad de la comida que ofrecen. Por supuesto, eso no significa que jamás como en Taco Bell, pero esas son mis expectativas si voy a ese lugar.

Los adventistas deberían contar su propia historia al publicitar sus servicios, promoviendo atributos positivos. [Photo: adventist.org]

¿Y qué decir de las concesionarias de automóviles? Creo que mi concesionaria local de vehículos Subaru es buena. Los que atienden parecen haber sido honestos conmigo en el departamento de servicios, mis interacciones con cada empleado han sido positivas, y hasta me han regalado una bolsa con verduras de la huerta que tienen detrás del edificio. Si alguien me pregunta dónde dónde conseguir un carro o hacerle una revisión a un Subaru, los recomendaría sin dudar.

¿Qué tiene que ver esto con su iglesia? Si alguien conoce su iglesia, es probable que tenga una opinión o percepción sobre la iglesia y lo que hace, así como yo tengo una idea sobre Subaru. Sé que Subaru valora la familia, la seguridad, la longevidad y los animales. ¿Cómo lo sé? Porqué eso es lo que me dicen en sus promociones y avisos publicitarios. ¿Qué valores tienen los adventistas del séptimo día? ¿Qué es lo que estamos promoviendo y publicitando?

En su libro The Viral Gospel [El evangelio viral], Jared Thurmon y Chris Matts dicen: “No estamos contando nuestra historia. Por lo tanto, no tenemos control sobre nuestra historia. Estamos tan solo permitiendo que la imaginación de las personas vague sin rumbo”. Creo que es tiempo de comenzar a promover nuestra propia historia en lugar de dejar que otros determinen lo que somos. ¿Con qué propósito? Para que podamos mejorar el impacto potencial que tenemos con otras personas, al aclarar cuál es nuestra intención y propósito.

En 2009, mi esposa y yo éramos coordinadores de instructores bíblicos en Ritzville, Washington, Estados Unidos. Mientras íbamos de puerta en puerta, presentando encuestas sobre temas religiosos a la comunidad en ese pequeño pueblo, varias personas nos preguntaron qué iglesia representábamos. Para muchos, cuando les hable de que trabajaba con la iglesia adventista local, nos abrieron la puerta de par en par y nos invitaron a pasar. Nos enteramos de que un médico adventista había prestado servicios en el hospital local y había tenido un impacto positivo en la vida de muchas personas del pueblo. Pero desafortunadamente, cuando lo busqué para agradecerle por su ministerio, me enteré de que había fallecido hace casi diez años. No solo había dejado una impresión positiva sino que fue una impresión duradera.

Cuando presentamos un frente visual unido, la publicidad a cada nivel reportará mayores beneficios. [Fotografía: adventist.org]

Lo que otros piensan de su iglesia adventista y sus miembros se verá determinado por las interacciones que tengan con ellos. A su vez, también se verá determinado por sus interacciones con otros adventistas. ¿Qué deberíamos hacer? ¿Cómo nos deberíamos comportar? Pídanle todos los días que Dios los guíe, para que se haga su voluntad, y piense de manera periódica cómo se ven las cosas que usted y su iglesia hacen.

No necesitamos reinventar la rueda cada vez que pensamos en nuestra estrategia para presentarnos a la comunidad. En efecto, si más de nuestras iglesias adoptaran una norma, un método de promoción de alta calidad, entonces el bien que cada iglesia lleva a cabo en la comunidad beneficiaría a las iglesias adventistas de otras comunidades. Esto solo es posible, sin embargo, si estamos todos unidos.

En particular, en lo que respecta a la apariencia, cuando uno viaja de una iglesia adventista a otra, verá una gran diferencia en el diseño de los carteles que anuncian la iglesia, el uso del logotipo oficial y las elecciones de las letras, entre otros detalles. En comparación, las personas casi nunca se confunden como para no saber si están en un restaurante de la cadena Chipotle o no. Las personas deberían saber relativamente rápido que están en una iglesia adventista, sobre la base de su experiencia.

Las organizaciones logran esta clase de unidad y presencia de marca al crear estrategias de marca, pautas de identidad y estándares de diseño. Todas estas cosas ya existen dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Podemos utilizar las mejores estrategias disponibles para marcar un impacto positivo en la obra que Dios nos ha llamado a hacer. Al esforzarnos por unirnos bajo una bandera de consistencia de marca, el impacto del ministerio positivo de algunos ayudará a algunos. Con la ayuda de Dios, podemos darnos un buen nombre como adventistas. Podemos ser “ese vecino amable que vive en nuestra calle”, o “ese colega amistoso que ilumina el día de todos”.

La versión original de este comentario fue publicado por el sitio de noticias de la Asociación de los Estados del Golfo de los Estados Unidos.

Traducción de Marcos Paseggi

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