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La celebración con el logo Un Año en la Misión fue parte de la ceremonia de graduación en el Instituto Misionero del Noroeste, cerca de Manaus, Brasil. [Imagen: Ronivon Santos, Noticias de la División Sudamericana]

En Brasil, 36 participantes en ‘Un Año en la Misión’ terminaron su entrenamiento y ya han sido enviados.

7 de junio de 2021 | Brasil | Por Tatiane Lopes, División Sudamericana y Adventist Review

Su deseo de tener una parte relevante en la experiencia de otras personas y de participar en la obra misionera práctica, impulsó a Luana Collen, de 22 años, a hacer un alto en sus estudios de trabajadora social en una universidad de Brasil, para pasar un año como misionera.

“En 2018, cuanto tenía 19 años, participé por primera vez en un proyecto misionero cerca de mi hogar [en el sur de Brasil]”, dijo la joven Luana. “He decidido ahora dejar mi región y vivir esta experiencia en Amazonas”.

Sérgio Alan Caxeta (izquierda), presidente de la Iglesia Adventista en la región noroeste de Brasil, sostiene uno de los certificados otorgados, con una joven graduanda, durante la ceremonia en el Instituto Misionero del Noroeste. [Imagen: Robert Souza, Noticias de la División Sudamericana]

Luana Collen es uno de los 36 jóvenes tomando parte en el proyecto Un Año en la Misión (OYiM) 2021, en el noroeste de Brasil. Cada uno de ellos dejó atrás su hogar, su trabajo o sus estudios universitarios para vivir la experiencia de convertirse en misioneros de tiempo completo en la región.

El programa de entrenamiento inicial tomaba usualmente nueve semanas; pero debido a la pandemia de COVID-19, en esta ocasión solamente duró cinco semanas. El entrenamiento es intensivo y comenzó con la limpieza de las instalaciones en donde se realiza, ayudando en la cocina y tomando clases de Biblia, entre otras actividades, explicó la sicóloga en educación Eunice Bertoso, quien es también voluntaria y coordinadora de la primera etapa del proyecto..

La sicóloga Bertoso señaló que el ser misionera en la selva amazónica era el gran sueño de su vida desde que escuchaba historias misioneras en la iglesia, cuando era niña. Tan pronto como su esposo y ella se jubilaron, decidieron prestar sus servicios como voluntarios en esa región.

 

El mensaje espiritual en la graduación estuvo a cargo de Anderson Carneiro, director de jóvenes y coordinador de Un Año en la Miisión, en la región noroeste de Brasil. [Imagen: Robert Souza, Noticias de la División Sudamericana]

Preparaciones estratégicas

El entrenamiento de los misioneros OYiM se llevó a cabo en el Instituto Misionero del Noroeste (NMI), situado cerca de la ciudad amazónica de Manaus. Sus instalaciones, en medio de la naturaleza, fomentan el compañerismo con Dios y les provee a los voluntarios la primera oportunidad de acercarse a los residentes de la zona y experimentar algunos de los desafíos de ser un misionero.

Ronivon Santos, pastor y director de NMI, explicó que estas instalaciones reciben también a otros grupos de misioneros. “Amazonas es una región en donde es muy grande la necesidad de misioneros; así que coordinamos varios proyectos simultáneos a corto y a largo plazo”, dijo.

El entrenamiento intensivo que obtienen los voluntarios tan pronto como arriban a este sitio, procura prepararlos para continuar sirviendo en una comunidad específica en los estados brasileños de Amazonas, Acre, Roraima y Rondônia, explicaron los dirigentes.

   

En la primera etapa del programa Un Año en la Miisón, los jóvenes voluntarios recibieron entrenamiento en el Instituto Misionero del Noroeste, cerca de Manaus, Amazonas, Brasil. [Imagen: Jonatas Correa, Noticias de la División Sudamericana]

“Es emocionante ver a los jóvenes dejar tantas cosas atrás para ser misioneros”, dijo Anderson Carneiro, director de jóvenes en la región y coordinador de OYiM. “La graduación al final del período de entrenamiento anuncia el comienzo de un sueño que se ha hecho realidad para cada uno de ellos”, añadió.

Escuela Misionera

“No tengo palabras para describir el gozo que siento al recibir este diploma”, dijo Elane Cavalcante, de 18 años de edad. Ella prestará sus servicios en la comunidad Canumã en   Amazonas. “Tal vez esta es una de las más importantes graduaciones en mi vida”, señaló visiblemente conmovida.

Varios dirigentes regionales de la iglesia asistieron a la ceremonia de graduación, incluyendo al presidente de la Iglesia Adventista en el noroeste de Brasil, Sérgio Alan Caxeta. “Nuestra región incluye lugares inhóspitos y todavía no alcanzados con el evangelio”, dijo el presidente Caxeta. “Estos jóvenes voluntarios son ahora parte de un ejército de evangelizadores”.

 

Instalaciones del Instituto Misionero del Noroeste, en Puraquequara, cerca de Manaus. [Imagen: Ivo Mazzo, Noticias de la División Sudamericana]

El 31 de mayo, los jóvenes voluntarios partieron del lugar para viajar hacia las comunidades amazónicas, en donde pondrán ahora en práctica todo lo que aprendieron, con el fin de llegar a otros con el evangelio de Jesús.

La versión original de esta historia se publicó en el sitio de noticias en portugués de la División Sudamericana.

Traducción – Gloria A. Castrejón

 

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