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18 de enero de 2021 | Loma Linda, California, Estados Unidos | Janelle Ringer, Loma Linda University

Después de casi un año de tratar con el COVID-19, han surgido más datos en torno a este virus y sus síntomas. El COVID-19 fue considerado inicialmente como un virus respiratorio, pero su impacto sobre otras partes del cuerpo, incluyendo el cerebro, se hicieron rápidamente notorios, creando preocupación respecto a sus efectos a largo plazo.  

Justin Dye, MD, un neurocirujano en Loma Linda University Health, dice que la confusión mental o dificultad para pensar, la ansiedad y la sensación de mareo, pueden ser indicadores del  impacto del coronavirus sobre la salud mental. “Cuando pienso en la dificultad para pensar, pienso con frecuencia en el aspecto de salud mental que involucra, que es la secundaria pandemia de salud que estamos enfrentando actualmente”, dijo el Dr. Dye. “Nuevos factores de estrés en el trabajo, el hogar, la escuela, o en círculos sociales, han ejercido su impacto sobre personas que no han tenido necesariamente COVID-19”.

Eso no quiere decir necesariamente que el COVID-19 no pueda causar dificultad para pensar, pero no es la única posibilidad”, dijo. “La salud mental y la salud van de la mano; y la gente que no siente que es como era antes, después de haber pasado por la enfermedad del COVID-19, u otro virus significativo, ha atravesado por algo traumático que pone bajo presión a muchos de los sistemas de su organismo”.

¿Qué es la “niebla” mental o dificultad para pensar?

Los médicos han observado persistentes dificultades para pensar en aquellas personas que han sufrido de COVID-19. Esta “niebla” mental ha incluido síntomas neurológicos tales como dolor de cabeza, fatiga, pérdida de la memoria, dificultad para enfocar la atención y mareos. “Estos síntomas cognitivos que acompañan al coronavirus han recibido el nombre común de ‘niebla mental’”.

¿Qué la causa?

En algunos pacientes, el COVID-19 puede ejercer un impacto sobre las vías del funcionamiento de la memora, causar apoplejías o reducir el flujo sanguíneo en el cerebro, añadió el Dr. Dye. Estos síntomas pueden deberse a la respuesta del sistema de inmunidad del paciente en vez de al virus mismo.

“La inflamación puede ejercer un impacto sobre el sistema de inmunidad y el sistema nervioso, impactando nuestro marco neurológico en formas que todavía estamos tratando de entender”, explicó.

¿Cuáles son las implicaciones a largo plazo?

Dice el Dr. Dye que la comunidad médica desconoce los efectos a largo plazo de la “niebla mental”, pero lo síntomas no implican necesariamente un futuro desarrollo de demencia o de trastornos de la memoria más adelante. “Los síntomas de ansiedad, mareos, o cambios en la memoria, no deben ser ignorados”, aclara. “Cualquier persona que experimente esos síntomas debe procurar consejo médico. Sin embargo, la presencia de esos síntomas no significa necesariamente que se hayan producido cambios permanentes en el cerebro”.

“Los médicos e investigadores están recolectando datos y monitoreando esos casos, asegurándose de que somos capaces de tratar a nuestros pacientes según la información más actualizada y proveer los mejores resultados posibles”.

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This article (Este artículo) se publicó originalmente en el Loma Linda University Health news site (sitio de noticias de Loma Linda University Health).

Traducción – Gloria A. Castrejón

 

 

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