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Una pequeña embarcación con alimentos empacados distribuye artículos a un hombre en la región norte de Guatemala el 4 de noviembre, después de que el Huracán Eta inundó grandes porciones del país, anegando ríos, destruyendo puentes y causando aludes que enterraron muchas aldeas. [Fotografía: Cortesía de la Unión Guatemalteca]

10 de noviembre de 2020 | Miami, Florida, Estados Unidos | Libna Stevens, Noticias de la División Interamericana

Los adventistas del séptimo día en Guatemala están tristes por el fallecimiento de cuatro de sus miembros después de que las lluvias torrenciales por el Huracán Eta anegaron los ríos y causaron aludes que enterraron decenas de hogares en la aldea de Queja, en San Cristóbal Verapaz, en la región noroccidental del país.

Después de que la lluvia azotó las regiones montañosas el 3 de noviembre de 2020, los equipos de rescate lograron recuperar los cuerpos de las víctimas. Entre las primeras víctimas se encontró a una madre y sus tres hijitos. Adela Cal y sus tres hijos, de 5, 8 y 10 años, pertenecían a la iglesia adventista del lugar.

“El paso del Huracán Eta ha causado varias catástrofes en diferentes partes del país y nos ha afectado profundamente”, dijo el pastor Guenther García, presidente de la Iglesia Adventista en Guatemala.

Adela Cal y sus hijos, de 5, 8 y 10 años, fueron enterrados por un alud que cubrió su casa, como resultado de las lluvias torrenciales por el Huracán Eta el 3 de noviembre de 2020. Decenas de hogares en la aldea de Queja, en San Cristóbal, en la región montañosa del noroeste del país, han quedado cubiertas. Aún hay tres adventistas desaparecidos. [Fotografía: Cortesía de la Unión Guatemalteca]

“Estamos llorando la pérdida de nuestros queridos miembro, en especial de esos niños, y como iglesia nos unimos en solidaridad para llorar esa pérdida y expresar simpatía con las más de 70 mil personas afectadas por el Eta”, dijo. El pastor García expresó que el padre de las víctimas se encontraba en la ciudad capital cuando golpeó la catástrofe, y está procurando regresar a su hogar en medio de las inundaciones y las rutas anegadas.

Aún hay tres miembros desaparecidos. Se estima que en el país han muerto unas doscientas personas, y aún hay decenas de desaparecidos.

Se han liberado fondos especiales de emergencia para ayudar a socorrer a los miembros, explicó García. Asimismo, hay dos camiones que están listos para transportar prendas de vestir y alimentos no perecederos, además de 75 colchones nuevos, añadió. En Petén, en la zona norte del país, se han utilizado fondos locales de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA), para distribuir alimentos, agua y artículos de higiene en las zonas afectadas.

Una miembro de la iglesia adventista Michal prepara platos calientes para alimentar a la comunidad de Morales en Izabal, en la región noreste de Guatemala. [Fotografía: Cortesía de la Unión Guatemalteca]

La iglesia ha identificado hasta el momento a 219 familias adventistas que han perdido sus hogares. Ocho iglesias adventistas están siendo usadas como refugios. Hay 796 personas albergadas actualmente en esas iglesias. Gustavo Menéndez, director de comunicación de la Iglesia Adventista en Guatemala, dijo que estas iglesias fueron cerradas en marzo como respuesta a la pandemia, pero que fueron abiertas para brindar espacio de refugio para las familias desplazadas. Dijo que la iglesia está manteniendo todo el distanciamiento social que es posible bajo las circunstancias.

Después de que amainaron las lluvias el 4 de noviembre, iglesias adventistas de las regiones norte y noroeste movilizaron a sus miembros para recolectar alimentos, agua y prendas de vestir para las víctimas, según Menéndez.

“De sus propios fondos y donaciones, avanzaron con rapidez para cocinar y armar bolsas de alimentos para muchas de las víctimas de las comunidades circundantes”, dijo Menéndez. “Hay dos grandes puentes que fueron arrastrados, y ahora es difícil llegar incluso a la zona porque las aguas aún están altas”.

Varios niños yacen en el piso de una de las habitaciones de la iglesia adventista Central de Coban, en el norte de Guatemala, que está siendo usada para albergar a casi cien personas desplazadas por el Huracán Eta. Casi 800 personas se están refugiando en ocho iglesias adventistas de la región norte de Guatemala. [Fotografía: Cortesía de la Unión Guatemalteca]

“Sabemos que esta es tan solo una respuesta inicial para ayudar a estas familias, porque han perdido todo”, dijo Menéndez. “Se va a necesitar un plan a largo plazo para que reconstruyan sus vidas”.

Los miembros de la región norte de Guatemala ya han preparado platos de comida, armado bolsas de alimento y agua, y están distribuyendo artículos a todas las comunidades posibles.

“Nuestra comunidad adventista de aquí siempre se moviliza para ayudar a los que lo necesitan, y siempre se une para ofrecer ayuda, ponchos, oraciones y todo lo que puedan hacer para ofrecer esperanza”, añadió Menéndez.

Miembros de iglesia voluntarios en Petén, en la región norte de Guatemala, arman paquetes con artículos, gracias a fondos locales provistos por ADRA Guatemala para las familias necesitadas que fueron afectadas por el Huracán Eta. [Fotografía: Cortesía de la Unión Guatemalteca]

Traducción de Marcos Paseggi

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