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1 de septiembre de 2020 | Loma Linda, California, Estados Unidos | Janelle Ringer, Noticias de la Universidad Loma Linda

El novel coronavirus suele atacar los pulmones, causando síntomas tales como tos y dificultad para respirar, pero los médicos ahora están comenzando a preocuparse por otro órgano: el cerebro. Aun con síntomas leves, muchas personas incluso de 30 años que sufren de COVID-19 están experimentando accidentes cerebrovasculares.

Miguel López-González, MD, neurocirujano de Salud de la Universidad de Loma Linda, explica a qué puede deberse esto. “A medida que han evolucionado las investigaciones, hemos visto que el novel coronavirus puede causar microtrombosis —o pequeños coágulos en la sangre— los que pueden desarrollarse y viajar por el cuerpo”, expresó. “Esto puede causar una obstrucción en el flujo de la sangre al cerebro, y producir un accidente cerebrovascular isquémico”.

López-González dice que aunque los accidentes cerebrovasculares son más comunes en los mayores de 65, se está viendo un incremento en pacientes de todas las edades que han sido afectados por el COVID-19.

“El COVID-19 causa inflamación en muchas partes del cuerpo, lo que puede incrementar el riesgo de un crecimiento de la placa en las arterias o un coágulo de sangre en las venas, causando un accidente cerebrovascular”, dice.

Según López-González, esta no es la primera vez que una afección respiratoria infecciosa ha llevado a este fenómeno, notando un riesgo mayor similar en los pacientes con gripe. “Aún hay que llevar a cabo muchas investigaciones en lo que respecta al COVID-19 y los accidentes cerebrovasculares, pero los síntomas de estos últimos jamás deberían ser ignorados”.

López-González insta a que las personas no ignoren las señales que podrían apuntar a problemas más graves:

  1. Entumecimiento o debilidad repentinos en el rostro o las extremidades, en especial cuando se limitan a un solo lado del cuerpo
  2. Confusión repentina o dificultad de hablar y comprender lo que se habla
  3. Pérdida repentina de la visión en uno o ambos ojos
  4. Mareos repentinos, pérdida del equilibrio, dificultad para caminar o falta de coordinación
  5. Dolores de cabeza repentinos sin que exista una causa conocida

López-González dice que aun si los síntomas no duran más que unos minutos, aun así es posible de la persona haya sufrido un ataque isquémico transitorio. “Las personas podrían verse tentadas a ignorar un ataque isquémico transitorio una vez que los síntomas se desvanecen, pero este no desaparecerá sin intervención médica, y puede ser una señal de algo más grave”, dijo.

Si desea más información sobre el Centro de Atención de Accidentes Cerebrovasculares del Centro Médico de la Universidad de Loma Linda, visite lomalindastroke.org.

Este artículo fue publicado originalmente en el sitio de noticias de Salud de la Universidad de Loma Linda

Traducción de Marcos Paseggi

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