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27 de agosto | Miami, Florida, Estados Unidos | Por Melchor Ferreyra, División Interamericana

En Isaías 55:11 el Señor dice que su Palabra no regresará vacía, dará fruto y prosperará en todos los lugares donde él la envíe. La influencia de Jesús se volvía viral en el mundo (Mateo 4:23-25) y tenía un impacto eterno en aquellos que escuchaban su Palabra y la guardaban en su corazón. Lo hermoso de la promesa de Isaías es que se sigue cumpliendo en nuestro tiempo.

No es casualidad que estemos en casa en medio de esta pandemia; por el contrario, pienso que es una oportunidad fascinante para compartir el evangelio de la manera tan “viral” como sea posible. Poner el evangelio en los dispositivos móviles y computadoras es una oportunidad que no debemos desperdiciar.

Fernando y Margarita Avila de México viajaron a Miami, Florida, a visitar a su hija y familia. Despues que la pandemia los mantuvo en Florida por semanas, epmezaron a estudiar la biblia y tomaron la decisión de bautizarse en la Iglesia Adventista de Kendall en Miami. [Imagen: Maria F. Muñoz]

Justamente en este instante hay millones de personas encerradas en sus casas, con muchísimo tiempo entre sus manos. Son personas a las que podemos alcanzar con el mensaje “viral” más saludable que existe: El evangelio eterno, la salvación en Cristo que se convierte en una esperanza maravillosa en medio de esta pandemia. Elena G. White, en su libro Servicio Cristiano, pág. 143, nos dice: “Nuestro Salvador iba de casa en casa, sanando a los enfermos, consolando a los que lloraban, calmando a los afligidos, hablando palabras de paz a los desconsolados. Tomaba los niños en sus brazos, los bendecía y decía palabras de esperanza y consuelo a las cansadas madres”.

Es emocionante saber que podamos ser protagonistas, “contagiando” de esperanza y pasión por el mensaje más saludable que el mundo haya vivido en su historia; a saber, la salvación en Cristo. “Todo seguidor de Jesús tiene una obra que hacer como misionero a favor de Cristo, en la familia, en el vecindario, en el pueblo o ciudad donde viva” –Servicio Cristiano, pág. 24.

Así lo entendió la familia José y María Muñoz. Ellos recibieron la visita anual de Fernando y Margarita, padres de María, no adventistas y sin ningún propósito de aprender sobre la fe adventista; pero en esos días se decretó la cuarentena causada por la pandemia del Covid 19, lo cual obligó a Fernando y Margarita a quedarse varados en la casa de su hija por largo tiempo. Fue así como José y María vieron la oportunidad de compartir con ellos el evangelio. Pero fueron muy inteligentes al hacerlo, porque no fue por imposición, ni obligación, sino por testimonio personal, mostrando simpatía, llevándolos poco a poco a la necesidad de estudiar la Biblia.

La familia Avila y Muñoz juntos el 31 de julio en la Iglesia Adventista de Kendall, en Miami, Florida, antes de que María fuese bautizada. [Imagen: Cortesía de Maria F. Muñoz]

José y María son miembros de la iglesia adventista hispana de Kendall, en Miami y, como todos los demás templos, el de Kendall también fue cerrado por la pandemia. Inmediatamente los ancianos y el pastor hicieron planes de llevar a la iglesia a la plataforma de las redes sociales a través de Zoom y FB. Por supuesto, Fernando y Margarita fueron invitados a participar de las reuniones de la iglesia por estos medios. Eso despertó en ellos un deseo vivo de querer aprender más de esta iglesia que estaba muy preocupada por sus miembros y por compartir el mensaje de esperanza con la gente. Solicitaron a su yerno José que les diera estudios bíblicos, lo cual él hizo con agrado y alegría; luego fueron invitados a un grupo pequeño en Zoom, de los varios que la iglesia de Kendal tiene funcionando durante la semana. Allí aprendieron mucho más acerca del amor y la gracia maravillosa de Jesús.

Una noche, ya casi cerca de la media noche, el teléfono del pastor de la Iglesia sonó, era José preguntándole al pastor Alejandro Delgado si podía bautizar a María, quien había decidido tomar ese paso importante antes de viajar de regreso a México. La respuesta del pastor fue positiva y la iglesia se alegró mucho por esa decisión. El 31 de julio María fue bautizada. Fernando, su esposo, aún no había tomado esa decisión y dijo que cuando regresara a México lo haría; pero el amor de Dios tuvo un impacto tan grande en la vida de Fernando, que una mañana le dijo al Señor que no quería esperar más y le entregaría su vida por medio del bautismo. Dos semanas después, el 12 de agosto, tuve el privilegio de bautizar a Fernando en la iglesia adventista hispana de Kendall. Era hermoso ver en su rostro y en sus palabras la alegría que reflejaba esta decisión.

Cuando salió del agua del bautisterio, dijo que había sido contagiado de esperanza y pasión por el mensaje más bello de la historia: El mensaje del evangelio de la salvación; y que ahora deseaba contagiar a otros con el mismo entusiasmo con el que él lo había recibido. Fernando y María regresaron a México con el deseo de contarles a otros que el amor de Cristo es mucho más fuerte que una pandemia y la vacuna del evangelio más poderosa que el virus del pecado.

Margarita Ortega de Avila está cerca del Pastor Alejandro Delgado antes de ser bautizada el 31 de julio, 2020, en la Iglesia Adventista de Kendall, en Miami, Florida, Estados Unidos [Imagen: Maria F. Muñoz]

Hay miles de personas en Interamérica que pueden contar una historia similar y hay miles de miembros de iglesia que están dispuestos a ser protagonistas y no solamente observadores en el cumplimiento de la misión. Te desafío a contagiar al mundo con la esperanza y el entusiasmo por el evangelio y la noticia de que Cristo está vivo, es real y que pronto volverá.

Melchor Ferreyra es el director de ministerios personales de la División Interamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

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