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El pastor Earl Daniel, que está al frente de la Iglesia Adventista de Christiansted en la isla de Santa Cruz, en las Islas Vírgenes de los Estados Unidos, coordinó un grupo operativo especial para ayudar a que los miembros de más edad hagan frente a las medidas de confinamiento que la pandemia del COVID-19 produjo en marzo de 2020. La iglesia está compuesta mayormente de miembros mayores que han sido conectados con familias jóvenes para cuidar y estar atentos a sus necesidades. [Fotografía de archivo: Asociación Norteña del Caribe]

22 de abril de 2020 | Santa Cruz, Islas Vírgenes de los Estados Unidos | Royston Philbert/División Interamericana

Los líderes de la iglesia adventista de Christiansted en la isla de Santa Cruz, en las Islas Vírgenes Británicas, tomaron hace poco medidas para ayudar al noventa por ciento de sus miembros, que son mayores, para ayudarles a enfrentar las medidas de confinamiento que produjo la pandemia del COVID-19 desde hace algunas semanas.

“Establecimos lo que denominamos la ‘Fuerza Operativa COVID-19’, que fue uno de los pedidos que efectuó a cada congregación el presidente de la Asociación Norteña del Caribe, para que cada iglesia establezca un grupo operativo que estudie y determine cuáles son las mejores maneras de satisfacer las necesidades de los miembros”, dijo Earl Daniel, pastor de la iglesia adventista de Christiansted. Ante la interrupción de las interacciones sociales y espirituales, el pastor Daniel dijo que se requirió de una planificación intencional crear modelos de ministerio que lleguen a cada miembro de la iglesia.

“Esta es una situación sumamente fluida, pero Dios ha bendecido a la iglesia con líderes que están en sintonía con los tiempos en que vivimos y son sensibles a las necesidades de aquellos a quienes sirven”, añadió.

Miembros mayores de la iglesia adventista de Christianstead, durante un culto de adoración el año pasado. [Fotografía de archive: Asociación Norteña del Caribe]

Los miembros de iglesia recibieron paquetes que contenían desinfectante de manos, un termómetro, una guía para lavarse las manos, un método de control de sus medicamentos y una lista de contactos de emergencia el pasado 18 de marzo. El grupo operativo también conecto a los ancianos con los jóvenes y otros miembros enérgicos que han sido capacitados para interactuar en forma segura con los miembros más vulnerables y que podrían hacer diligencias y ayudarlos con otras tareas.

“Muchos de aquellos a quienes servimos son miembros que han abrazado el adventismo en su infancia en la isla de Santa Cruz”, dijo el primer anciano Horace Graham. “Somos conscientes de nuestra demografía y estamos decididos a apoyarlos con ministerios e iniciativas que los mantengan seguros, mientras siguen al mismo tiempo conectados a la vida de la iglesia”. Graham explicó que para muchos de ellos, las reuniones semanales de la iglesia son la interacción social primaria que reciben.

Los maestros de Escuela Sabática fueron capacitados para saber cómo usar un sistema de conferencias por videollamadas para reunir a las personas para las clases semanales. Se hicieron arreglos para que los miembros sean colocados en grupos de mensajes de textos, y se conectó a los ancianos con cuentas de correo electrónico para que pudieran recibir el boletín y otras comunicaciones de la iglesia. Al mismo tiempo, se registran y envían los mensajes del pastor a los teléfonos celulares de los miembros, mientras que aquellos miembros que tienen conocimientos de tecnología garantizan que los dispositivos de los mayores puedan acceder a YouTube y a Facebook para los cultos sabáticos.

“Buscamos desarrollar un sistema que garantice que sigan conectados a la comunidad de fe con la que tanto estaban acostumbrados a interactuar”, añadió Graham. “La iglesia posee el mayor potencial de perder porque somos el grupo de mayor riesgo, y necesitamos asegurarnos de que podemos brindarles atención a todos ellos”.

Las personas mayores conforman el noventa por ciento de la feligresía de la iglesia adventista de Christiansted, en Santa Cruz, en las Islas Vírgenes de los Estados Unidos. [Fotografía de archivo: Asociación Norteña del Caribe]

El ministerio abarca todo, dijo el pastor Daniel. Hay miembros de iglesia asignados del grupo operativo especial de la iglesia que llevan un registro de las necesidades de los miembros, distribuyen las compras del supermercado y otras necesidades a las personas mayores y a los que no pueden salir de sus hogares. “Para aliviarles la soledad, las familias y las personas jóvenes que están en sus hogares crean un sentido de comunidad a través de las líneas generacionales, por medio de llamadas telefónicas periódicas e interacciones seguras”, dijo Daniel.

Mientras tanto, el itinerario diario del pastor Daniel no ha cambiado. Sigue visitando y llegando a los miembros. “Me pongo en los zapatos de mis miembros que han perdido el trabajo o tienen temor de perder el trabajo”, dijo Daniel. “Animo a los miembros a que hallen un espacio dentro de sus hogares para adorar a Dios en forma individual e íntima, aun en momentos en que reunirse se ha tornado imposible”.

Daniel también ora con los miembros todos los días. “Les digo que oren con fervor a Dios todos los días”, contó.

Gracias al grupo operativo de la iglesia, la congregación puede dar cuenta del ciento por ciento de sus miembros activos, que en el presente suman 120 personas.

Traducción de Marcos Paseggi

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