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El Pastor y la Sra Paulsen se despiden en la Sesión de la Asociación General 2010. [PC: Josef Kissinger]

14 de enero de 2020 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Mark A. Kellner – Adventist Review

Todos necesitamos en algún momento u otro, a alguien que nos preste oído”, dijo Kari Paulsen a la revista Ministry en 2006, al describir la forma en que como esposa de un administrador de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, ella pudo encontrar un ministerio personal a pesar de las limitaciones de una enfermedad crónica.

Kari Paulsen, cuyo ministerio telefónico llamando a aquellas personas que necesitaban ánimo fue una parte integral de su vida, pasó al descanso el 10 de enero 2020, in Oslo, Noruega, a la edad de 85 años. Jan, su esposo y anterior presidente de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, estuvo a su lado al tiempo de su fallecimiento.

“La Sra. Paulsen era una persona muy capaz y un sólido apoyo para el Pastor Paulsen en su vida y en su ministerio que ejercieron juntos a lo largo de muchas décadas, en diferentes partes del mundo”, dijo Ted N. C. Wilson, actual presidente de la iglesia mundial, en una publicación en su cuenta de Facebook.

Rajmund Dabrowski, ex director de comunicación de la iglesia mundial, destacó su estrecha relación con los esposos Paulsen: “Sentía como si ellos fueran nuestros segundos padres”, dijo a la Adventist Review. Habiendo trabajado primeramente con Jan Paulsen en la División Transeuropea y luego después, cuando el pastor Paulsen fue presidente de la Asociación General, Rajmund Dabrowski pudo ser testigo del compromiso y entrega de Kari Paulsen.

“Cuando estuvimos en el extranjero, ellos hicieron más fácil nuestro camino de aceptar una nueva zona, una nueva cultura y demás. Esos son la clase de recuerdos que tendremos siempre. Es una tremenda pérdida, no solamente para su familia, sino también para aquellos que fueron aceptados por ellos como familia”, dijo Rajmund Dabrowski.

Gerry y Verna Karst trabajaron con los esposos Paulsen cuando ambas parejas se encontraban en  Silver Spring, Maryland. Gerry prestó sus servicios como asistente del presidente Paulsen, y Verna como la enfermera de las oficinas de la Asociación General. Ambos recuerdan el espíritu aventurero de Kari Paulsen.

“No era ajena tampoco a gozar de un poquito de diversión”, recuerda Gerry Karst, mientras que Verna Karst hace notar el profundo interés de Kari en los demás.

“Kari era una persona solícita que se interesaba mucho en las personas. Pero, por causa de sus problemas de salud, se veía restringida en lo que podía hacer”, explicó Verna Karst.

Kari Trykkerud nació en un pequeño poblado cerca de Notodden, a unos 113 kilómetros de Oslo. Creció durante los años de la Segunda Guerra Mundial, cuando Noruega se encontraba bajo la ocupación alemana. Poco después de la guerra, Kari hubo de someterse a una cirugía, la primera que se llevó a cabo en Noruega, por causa de problemas del corazón. Durante su recuperación, Kari le prometió a Dios que se volvería cristiana si él la ayudaba a recuperar su salud.

Esa promesa la condujo a una búsqueda que llegó a su fin cuando el pastor de un familiar adventista le ofreció a Kari una copia del libro El camino a Cristo, de Elena G White. Después de terminar un curso por correspondencia de la Voz de la Profecía y de algunos estudios bíblicos, Kari decidió convertirse en adventista del séptimo día, aun cuando esto le causó problemas en su hogar al rechazar un platillo tradicional navideño con carne de cerdo. Enfurecido, su padre le pidió a Kari que abandonara el hogar y la jovencita tuvo que irse a vivir a la casa de una tía.

Después de terminar la escuela secundaria en Noruega, Kari asistió al colegio superior danés Vejlefjordskolen, en Daugård, Dinamarca, para estudiar teología. Al llegar con dos semanas de retraso en el semestre, admitió haberse sentido confundida durante una cátedra sobre fechas bíblicas, en particular por causas de las diferencias de lenguaje. Pero sucedió que otro estudiante noruego, llamado Jan Paulsen, estaba sentado a su lado y le ofreció ayuda. “No te preocupes”, le dijo. “Yo te lo voy a explicar después”.

Esa declaración fue el principio de una continua conversación que duró más de seis décadas. Amigos al principio, muy pronto el amor fue creciendo entre ellos y la pareja contrajo matrimonio antes de que Jan fuera a la Universidad Andrews, en Berrien Springs, Michigan, para continuar su educación. Pronto lo siguió Kari y la pareja aprendió una nueva cultura al mismo tiempo se ajustaba a su nueva vida matrimonial. Tuvieron tres hijos, todos los cuales la sobreviven: Laila, Jan Rune y Rein Andre.

La pareja se fue a África; primero a Ghana y luego a Nigeria, en donde Jan Paulsen fungió como director del Colegio Adventista de África Occidental, conocido ahora como Universidad Babcock. Los problemas de la Sra. Paulsen se agravaron durante su estancia en África y hubieron de permanecer con ella el resto de su vida. Al regresar a Europa, Jan Paulsen prestó sus servicios como presidente de Newbold College, en Binfield, Reino Unido; luego como secretario y después presidente de la División Transeuropea y finalmente como vicepresidente general de la iglesia mundial y luego como presidente de la Asociación General, posición que asumió en enero de 1999 y que mantuvo por 11 años.

“He experimentado un tanto de enfermedad y, esta cercana proximidad con la muerte hace algo en ti y en tu relación con el Señor”, dijo Kari en entrevista con la revista Ministry, en 2006. “De alguna manera confías y dependes más de él. Es importante mantenerse cerca de Dios, orar, leer. Es como un constante recordatorio de que esta vida tal vez no va a durar mucho”.

En 2015, la casa publicadora Pacific Press publicó Against All Odds (Contra todo pronóstico), autobiografía de Kari Paulsen como cristiana y su lucha con enfermedades crónicas y tragedia familiar. El libro se ganó los elogios de sus lectores.

“Kari Paulsen definió ‘resiliencia’ para mí y para miles de creyentes para quienes la desafiante historia de su vida ha sido de gran aliento”, dijo Bill Knott, editor ejecutivo de Adventist Review. “Su sinceridad e ingenio nos ha ayudado a muchos de nosotros a entender la forma en que la gracia se ha entrecruzado con nuestros propios momentos de dolor físico y desilusión. Ella nos ha hecho recordar por sus palabras y por su ejemplo, que el Señor siempre tiene la última palabra  y que esa palabra es profundo afecto por nosotros”.

Tor Tjeransen, director de comunicación de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Noruega, y quien ha conocido al matrimonio Paulsen por más de 50 años, hizo hincapié en el optimismo de Kari Paulsen a través de toda su vida: “Kari ha mantenido siempre una actitud muy positiva hacia todas las cosas, hacia todo con lo que se ha topado en su vida, La presión y el estrés en aquellos en posiciones que requieren de muchos viajes son simplemente enormes. Ella siempre ha estado allí y siempre ha brindado un gran apoyo a Jan”, dijo.

Los servicios funerales de Kari Paulsen se han programado en Mjøndalen, Noruega, el lunes 20 de enero del presente. En vez de flores, la familia ha solicitado donaciones a favor del orfanato y escuela Life Hope, en la República Democrática del Congo. Las donaciones pueden ser enviadas vía PayPal, a reinpaulsen@gmail.com.

En un mensaje, Jan Paulsen comentó lo siguiente: “Kari dio con frecuencia para mantener viva esta escuela y nos gustaría que continuara así después de su partida”.

Traducción – Gloria A Castrejón

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