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Incendios cerca del pueblo de Cobargo, en Nueva Gales del Sur, Australia. La casa donde solía reunirse el grupo adventista de Cobargo ha sido destruida por el fuego. [Fotografía: cortesía de la cuenta de Facebook de los adventistas del Sur de Nueva Gales del Sur]

En momentos en que continúa la crisis en Australia por los incendios forestales, esta actualización revela cómo los miembros de la Iglesia Adventista se han visto afectados y qué está haciendo la Iglesia Adventista del Séptimo Día para apoyar a las comunidades afectadas por el fuego.

La zona más afectada de Nueva Gales del Sur

Cobargo, en el sudeste de Nueva Gales del Sur (NGS) ha sido la población más afectada del estado, dado que el lugar quedó envuelto en las llamas. Siete familias adventistas perdieron sus casas, propiedades y empresas. La casa en la que solía reunirse el grupo adventista de Cobargo (que tiene un total de 15 miembros incluidos los niños) también fue destruida.

“La casa donde solíamos congregarnos ha desaparecido”, dijo el pastor del grupo local Dragan Kanazir. “Se han perdido viviendas desde Wandella hasta Batemans Bay en el norte”.

Julie Nagle, que coordina los Ministerios Aborígenes y de los Isleños del Estrecho de Torres (ATSIM) en la Asociación del Sur de Nueva Gales del Sur (SNSWC), ha estado en el campo ayudando a los equipos locales de rastreo, visitando centros de evacuación y apoyando a las comunidades aborígenes afectadas por los incendios. Nagle informó que un miembro del grupo de Cobargo no pudo enfrentar regresar a su propiedad después de perder en el incendio tanto su hogar como todos los recuerdos de su fallecida esposa. Su hermano de 92 años falleció el 5 de enero.

Nagle dijo que la iglesia está orando por él y apoyándolo en este difícil momento.

Para ayudar a brindar apoyo a la comunidad, la iglesia adventista de Bega abrió sus puertas como centro de evacuación, alojando allí a más de 35 personas y 15 personas. El vestíbulo de la iglesia también fue utilizado para almacenar alimentos.

“Cuando notamos que el centro de evacuación en el camino estaba llenándose, tomamos la rápida decisión de abrir la iglesia y permitir que las personas usaran las instalaciones”, dijo Kanazir. “En cierto momento, nuestra iglesia se parecía a un arca de Noé”.

La iglesia adventista de Bega rodeada de humo espeso. [Fotografía: Asociación del Sur de Nueva Gales del Sur]

“Muchos de nuestros miembros que viven en Batlow han perdido sus casas; uno perdió una casa en Tumut, pero dos lucharon para salvar su propiedad y lograron finalmente hacerlo”, dijo Jeremy Taituave. “En Corryong, Shirley Sprenger [una miembro de iglesia y voluntaria del Servicio Rural de Bomberos] perdió 50 acres [unas 20 hectáreas], pero aparentemente eso es poco en comparación con todas las demás personas”.

“Otros centros de evacuación no aceptaban mascotas”, dijo Sarina Taituave, directora de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en la SNSWC. “Estamos anticipando que aún quedará gente en la iglesia de Bega la mayor parte de la semana, pero hoy al medio día se llevará a cabo una reevaluación”.

A la luz de la crisis continuada, ADRA está brindando pagos de 500 dólares australianos (unos 350 dólares estadounidenses) a las familias necesitadas del territorio de la asociación, y 2000 dólares australianos (unos 1400 dólares) para las iglesias que estén ayudando a sus comunidades. Hasta el momento, ADRA ha ayudado a quince familias de la región de la SNSWC.

La SNSWC y la Unión Asociación Australiana (AUC) también están brindando financiación en efectivo a los miembros, las iglesias y la comunidad sobre la base de las necesidades, con hasta 5000 dólares australianos (unos 3500 dólares) disponibles para las familias que han perdido sus hogares.

“Algunas [familias] han perdido sus hogares, algunos sus propiedades o parte de sus propiedades, algunos han sido evacuados y no pueden regresar al trabajo, mientras que otros están colaborando como voluntarios para el Servicio Rural de Bomberos en lugar de trabajar y se han quedado sin fondos”, dijo Sarina Taituave.

Oración en medio de la desesperanza

Muchos miembros de las iglesias de Tumut, Corryong y Tumburrumba en Nueva Gales del Sur han perdido sus casas o han sido evacuados debido a los incendios o el humo, según Jeremy Taituave.

Un automóvil quemado en un “tornado de fuego”, que levantó el vehículo y lo arrojó a más de un kilómetro [0,6 milla] de donde estaba estacionado. [Fotografía: Julie Nagle, Adventist Record]

Después de hablar con Sprenger por teléfono, Jeremy Taituave dijo que hay un sentimiento de desesperanza en las comunidades rurales y una necesidad de fomentar la esperanza, de reunirse y alentarse los unos a los otros.

“Vamos a reunirnos con nuestras iglesias, a tener reuniones, y a hablar sobre cómo responder. Necesitamos tomar las piezas rotas tanto emocionales como espirituales; abriremos nuestras puertas a las oraciones, y después de hablar con Shirley [Sprenger], hemos decidido que daremos el Programa de Recuperación de la Ansiedad y la Depresión [DARP]”, expresó.

Para apoyar el alivio por la sequía durante 2019, ADRA SNSWC financió a una capacitación de coordinadores del DARP para representantes provenientes de 18 iglesias del territorio. Los programas serán implementados en los próximos meses para así ayudar a las familias que están luchando o a los voluntarios del Servicio Rural de Bomberos que han sufrido situaciones traumáticas.

A pesar del sentimiento de desesperanza, muchos voluntarios y personas desplazadas se han visto animados por la oración. Como voluntaria en la línea de vanguardia, Nagle ha estado compartiendo activamente su fe al orar por los bomberos y los voluntarios que han puesto su vida en riesgo.

“Estaba conduciendo y vi un camión de bomberos, por lo que sentí que tenía que parar”, contó ella. “Caminé hasta [los bomberos] y dijo: ‘Puede que esto les parezca un poco loco, pero siento la impresión de venir y orar con ustedes y por sus camiones de bomberos’. Uno de ellos se volvió a mí y me dijo: ‘¡Sí, por favor!’ Yo no tenía ni idea de lo que iba a decir, pero una vez que coloqué mi mano sobre el camión, me vinieron las palabras: ‘En el nombre de Jesús, doquiera que viajen estas ruedas y doquiera que caminen estos pies, que tú puedas bendecir la generación y la compasión de estas personas’. He estado haciendo eso por cada camión de bomberos, y los bomberos se han mostrado sumamente agradecidos”.

Algunos hogares salvados, otros destruidos

Wayne y Sharon Ford, miembros de la iglesia adventista de Tumbarumba y dueños de dos propiedades en Batlow y Tumbarumba, se encontraron dos veces en la línea directa de fuego pero lograron escapar sin que esas dos propiedades sufrieran daños.

“Hubo dos incendios. El del martes [31 de diciembre] llegó hasta la puerta trasera de nuestra casa y pasó por alrededor de ella”, dijo Sharon Ford. “Perdimos un cobertizo para esquilar y algunos equipos de energía solar. En la otra casa tenemos un inquilino, y esa casa también se salvó. Nos sentimos tan agradecidos por ello”.

Otros no fueron tan afortunados. Muchos de los vecinos de los Ford cuyas casas escaparon del primer fuego perdieron sus casas en el segundo incendio que llegó solo tres días después.

“Nuestra sobrina perdió todo. Y una amiga en esta calle sobrevivió al primer incendio y pensó que iba a estar bien porque los árboles se habían quemado, pero aunque se quemaron las bases, no había llegado a las copas. De manera que eso también se incendió”, contó Ford.

Después de haber evacuado la zona el 30 de diciembre, los que regresaron y encontraron sus casas totalmente destruidas están hallando que son momentos sumamente emotivos.

“No pueden dejar de pensar en lo que han perdido y en lo que no se llevaron”, dijo Ford. “Cuando se te dice que tienes que irte, es un momento muy emotivo decidir qué llevarse. Uno elige lo obvio: las fotos, los pasaportes y documentos de trabajo, y entonces uno camina a la sala y se da cuenta de que no puede llevarse mucho. Uno siente lazos emocionales a artículos pequeños al azar, y es difícil tener que decir adiós”.

A pesar del estrés y la devastación que está presente en todas partes, Ford dijo que su fe se ha visto fortalecida como resultado de los incendios. “Ha sido una oportunidad de compartir [a Jesús] con otros. Como es un pueblo sumamente unido, las personas están diciendo: ‘Que Dios esté con usted’, y ni siquiera son personas que teman a Dios. Muchas personas están pidiendo que oren por ellas.

“Lo que ha resultado abrumador para nosotros son los llamados de personas que apenas conocemos, que nos han ofrecido camas y alojamiento”, dijo Ford. “Y aun empresas que han sido que no nos preocupemos por pagar la cuenta. Y me siento tan agradecida por las oraciones de todos”.

Laversión original de esta actualización fue publicada por Adventist Record.

Traducción de Marcos Paseggi

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