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El pastor Andrew Harewood, en su presentación plenaria en la convención anual de la Asociación de Servicios e Industrias de Laicos Adventistas en Interamérica (ASi-DIA) en Nassau, Bahamas, el 22 de agosto de 2019. Harewood, que es líder motivacional, terapeuta y capellán del Ejército de los Estados Unidos, dijo al grupo de miembros y líderes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día que el lugar de trabajo es el nuevo campo de evangelización. “Esta nueva realidad debería influir sobre todo lo que hacen, desde los cultos hasta las actividades comunitarias y de evangelización”, expresó. Fotografía: Marcos Paseggi/DIA

29 de agosto de 2019 | Nassau, Bahamas | Marcos Paseggi, para Noticias de la División Interamericana

“El lugar de trabajo es el nuevo campo de evangelización”, dijo el pastor Andrews Harewood en su presentación plenaria en la convención anual de la Asociación Servicios e Industrias de Laicos Adventistas en Interamérica (ASi-DIA) en Nassau, Bahamas, el 22 de agosto de 2019. Harewood, que es líder motivacional, terapeuta y capellán del Ejército de los Estados Unidos, dijo al grupo de miembros y líderes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día que esta nueva realidad debería influir sobre todo lo que hacen, desde los cultos hasta las actividades comunitarias y de evangelización.

“Para ser líder en el siglo XXI, es fundamental comprender qué implica el liderazgo contemporáneo”, dijo el pastor Harewood. “La clave es saber cómo ser mentores hoy de un liderazgo que vea más allá del mañana”.

Una comprensión de cómo funcionan las organizaciones

Uno de los elementos fundamentales para que los líderes tengan éxito, dijo Harewood, es comprender cómo funcionan las organizaciones. Al citar al consultor de empresas y educador Peter Drucker, Harewood explicó que “en las organizaciones solo se producen tres cosas en forma natural: la fricción, la confusión y el bajo desempeño. Todo lo demás requiere de liderazgo”. Es la razón, creían Drucker y otros, que los líderes deberían actuar en forma deliberada respecto de lo que quieren lograr.

Como organización de naturaleza religiosa, la Iglesia Adventista del Séptimo Día también es parte de esta dinámica, dijo el pastor Harewood. “No obstante, ¿por qué está noción de liderazgo es importante para cualquier organización, incluida la Iglesia Adventista del Séptimo Día?”, preguntó Harewood. Citó entonces al escritor Patrick Lencioni, para así explicar que “si se puede hacer que todas las personas de una determinada organización remen en la misma dirección, es posible dominar cualquier industria, en cualquier mercado, contra cualquier competencia, en cualquier instancia”.

El pastor Harewood explicó que la enseñanza de la grandeza organizacional implica al menos cuatro características, a saber, un desempeño superior sostenido, miembros leales, miembros involucrados y una contribución distintiva. “Es lo que hace que una organización pase de ser buena a ser excelente”, expresó.

El papel de los líderes

Para que una determinada iniciativa de la iglesia tenga éxito, el pastor Harewood dijo que jamás deberíamos subestimar el papel de los grandes líderes. Definió a los grandes líderes como personas que inspiran confianza, aclaran el propósito, alinean los sistemas y liberan el talento. “Los grandes líderes comprenden que el liderazgo es acción, no posición”, recordó.

Los grandes líderes también respetan lo que el pastor Harewood denominó “los diez mandamientos de liderazgo”. Entre otros, mencionó los esfuerzos de los líderes por afirmar antes que menospreciar, comunicar claramente y mediante el ejemplo, ver el cargo como una responsabilidad y no un privilegio, y ser competentes y tener la suficiente confianza como para asumir riesgos. Al citar entonces al escritor motivacional Stephen Covey, el pastor Harewood hizo un llamado a su audiencia para que recuerde que “el liderazgo implica comunicar a las personas su valor y potencial con tanta claridad que lleguen a verlos en sí mismos”.

Un cambio de énfasis

Al mismo tiempo, el pastor Harewood recordó que para que las iniciativas misioneras adventistas tengan éxito, es fundamental que los líderes sean conscientes de las tendencias actuales de la sociedad. “Recuerden que en especial en el caso de los jóvenes, el centro de énfasis social ha pasado de un enfoque centrado en la iglesia a algo sustancialmente diferente”, expresó.

Es un cambio que está produciendo cambios sustanciales en la conducta de las personas, dijo el pastor Harewood. “Cada encuesta pertinente muestra que para las nuevas generaciones, es más importante la espiritualidad que la religión [organizada]. Muchos jóvenes crecieron en la iglesia pero ahora jamás asisten a ella”, contó. “La verdad es que en la actualidad, es posible moldear a los líderes en el lugar de trabajo a una velocidad mucho mayor de lo que pueden hacerlo los líderes.»

El ambiente operativo de la sociedad misma está cambiando, explicó el pastor Harewood. “Históricamente, se pasó de una civilización nomádica a una civilización de irrigación y, ahora, a la civilización del conocimiento”, expresó. Por ello, explicó, el ambiente operativo actual muestra que las personas han pasado de hallar un sentido de comunidad en sus aldeas para verlo en el lugar de trabajo.

Implicaciones para la iglesia

Es algo, dijo Harewood, que presenta desafíos para la obra misionera de la iglesia. “A medida que esa conexión religiosa centrada en la aldea desaparezca, la iglesia tendrá que hallar maneras de alimentar esa conexión religiosa en el lugar de trabajo”, dijo el pastor Harewood.

Implica una adaptación de nuestros métodos para conectar a las personas a una comunidad religiosa, enfatizó el pastor Harewood. “El lugar de trabajo puede ser ese lugar en el que entrecruzan lo sagrado con lo secular”, expresó, “un lugar que llegue a ser un ámbito espiritual, y donde nuestra identidad cristiana se vea definida y analizada. En efecto, el lugar de trabajo es el nuevo campo de evangelización”.

Traducción de Marcos Paseggi

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