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John Bradshaw, director del ministerio televisivo internacional It Is Written (Escrito Está), habla durante la convención de Servicios e Industrias de Miembros Laicos Adventistas (ASI), el 1 de agosto de 2018, en Orlando, Florida, Estados Unidos. Imagen cortesía de Adventist Review

2 de agosto de 2018 | Orlando, Florida, Estados Unidos | Marcos Paseggi, Adventist Review

Si realmente deseamos terminar la labor de dar a conocer a Jesús a todas las personas, no podemos seguir llevando a cabo nuestro negocio en la forma usual, dijo John Bradshaw en la noche de apertura de la convención de Servicios e Industrias de Miembros Laicos Adventistas (ASI), celebrada en Orlando, Florida, Estados Unidos, el 1 de agosto del presente. “No hay modo alguno en el mundo en que podamos quedarnos satisfechos con el statu quo. ¡Tenemos que cambiar de engranaje!”, dijo el director Bradshaw, quien es también el orador del ministerio televisivo internacional It Is Written (Escrito Está).

De acuerdo con los organizadores del evento, más de 2,300 personas se han registrado este año, lo cual representa un aumento del 30 por ciento en comparación con los asistentes a la convención del año pasado en Houston, Texas. Aun cuando el evento anual ASI internacional tiene su sede en los Estados Unidos, los asistentes acuden de lugares distantes, tales como España, Sudáfrica y Australia. Casi todos ellos son miembros de la Iglesia Adventista que trabajan en diversas profesiones que incluyen el ramo académico, bancario, empresarial y de beneficencia.

Negocio inusual

En su discurso de apertura, el director Bradshaw se basó en el tema elegido este año para este evento dirigido por los miembros laicos ASI  —“Negocio Inusual”—, elaborando en la razón por la cual, en su criterio, los adventistas necesitan contemplar la posibilidad de hacer las cosas en modo un tanto diferente. “Si ustedes continúan haciendo las cosas de la manera que las vienen haciendo, van a obtener por consiguiente los mismos resultados”, dijo. “Y los resultados nos han llevado hasta aquí, pero eso no es suficiente”.

Utilizó entonces una muy sencilla ilustración para hacer recalcar su punto: “Si ustedes están produciendo cien pares de zapatos por día y su intención es invadir con ellos todo California [estado más poblado de los Estados Unidos] pueden imaginar que las cosas tienen que cambiar, o nunca van a poder lograrlo”, dijo.

Algunas veces, explicó también, el negocio inusual se produce porque alguien tuvo una brillante idea, está motivado para hacer dinero, o descubre de pronto que “hay una mejor manera de hacer las cosas”.

Sin embargo, en otras ocasiones, hay que tomar en cuenta otras consideraciones. “A veces, el negocio inusual se impone sobre nosotros porque los tiempos están cambiando”, agregó. “Las prácticas en los negocios cambian porque cambian las circunstancias”. De todas maneras, dijo, los adventistas deben desafiar el statu quo para asegurarse de que están cumpliendo con la misión dada por Dios de dar a conocer a Jesús a todas las personas.

La pregunta del millón es, por supuesto, cómo poder hacerlo —qué debe cambiarse para convertir un negocio usual, en un negocio inusual.

La clave de un negocio inusual

Al referirse a la historia bíblica encontrada en Números 11, en la que el pueblo de Israel se quejó ante Moisés, lo cual desagradó a Dios, John Bradshaw dijo que al afrontar nuestra misión debemos evitar caer en la trampa en que cayó el antiguo Israel. Y haciendo notar las similitudes  con la actitud de algunas iglesias locales, dijo: “¡Debe haber una mejor forma que la que acostumbramos, de estarnos quejando!”

El orador Bradshaw hizo entonces recordar a la audiencia que, en medio de todas las quejas y reclamos, Dios le dio al pueblo su Santo Espíritu y toda la dinámica sufrió todo un cambio. Comenzaron a profetizar, les recordó, Y cuando Josué se sintió inquieto en relación con los nuevos profetas, Moisés le respondió: “¡Cómo quisiera que todo el pueblo del Señor profetizara, y que el Señor pusiera su Espíritu en todos ellos!” (versículo 29, NVI).

“La clave para el negocio inusual es estar lleno del Espíritu Santo”, dijo el orador Bradshaw. “No es tu papel limitar la labor de los demás”.

Aun cuando le advirtió a la audiencia que debían recordar que eran parte de un todo y que debían trabajar unidos, el orador Bradshaw dijo que en la misión de Dios no hay lugar para la pequeñez y la mezquindad. “Debemos agradecer a Dios por lo que está haciendo en dondequiera y cuandoquiera que actúa”, dijo. Necesitamos más personas que se levanten llenas del Espíritu de Dios”. Reconociendo que en algunas iglesias los miembros compiten por posiciones y se enojan si no consiguen tenerlas, le recordó a la audiencia: “El punto más alto al que puedes llegar en la iglesia es dar a conocer tu fe a otra persona”.

Esa es la razón, añadió el orador Bradshaw, por la que cualquier cosa que hagamos sin el Espíritu de Dios, es un negocio usual. Por lo tanto, el negocio inusual no tiene que ver con mejores planes, más empleados en la nómina de sueldos, o más programas, dijo. Por el contrario, “tiene que ver con más del Espíritu Santo de Dios, más personas llenas de pasión por dar a conocer a Cristo en cualquier forma en que puedan hacerlo”.

Dando de ti mismo

John Bradshaw, quien recientemente dirigió una iniciativa de evangelización en Manila, Filipinas, informó que, al estar bautizando personas en el último día de la serie evangelizadora, les preguntaba a los nuevos conversos cómo habían sido atraídos para llegar a conocer el mensaje de Dios, “el noventa por ciento de ellos me dijo: ‘Un amigo me invitó [a las reuniones o a la iglesia]’”, explicó  el orador Bradshaw. “Esa es la razón por la cual Dios desea que la gente pueda dar testimonio de su vida personal y experiencia con el Señor”.

Esa es también la razón, añadió, por la que debemos de estar llenos del Espíritu de Dios para hacer las cosas en forma diferente. “Nuestra doctrina es sólida y nuestros métodos son buenos”, dijo. “El problema no es el mensaje, ni lo es el método; ¡es el mensajero!”

Y terminó su discurso posando un desafío ante la audiencia: “Imaginemos que oráramos y buscáramos por 24 horas al día, formas de dar a conocer a Jesús a otras personas”, dijo. “¡Imaginemos lo que pasaría!”

La convención anual ASI 2018 continúa hasta el 4 de agosto.

Traducción – Gloria A Castrejón

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