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Satsuki Yamashiro, una partera de 45 años que trabaja en el Hospital Adventista de Tokio, es bautizada en la iglesia adventista de Amanuma en Tokio, el 19 de mayo de 2018. Fue uno de los dos bautismos en la iglesia y la primera persona de su familia en unirse a la Iglesia Adventista. Fotografía de Kazuo Hori, ASi Japan

Los principales líderes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Japón quedaron atónitos cuando Masumi Shimada, el presidente de la Unión Asociación de Japón, les dijo en 2016 que la sede mundial de la iglesia les había pedido que llevaran a cabo reuniones de evangelización en dos años.

Los líderes se miraron unos a otros y preguntaron: “¿Por qué nosotros?”

La sorpresa dio paso al temor cuando los líderes pensaron en el desafío. La iglesia de Japón solo había bautizado a 328 personas durante todo el año anterior.

Durante seis meses, los líderes de la iglesia en Japón hablaron y oraron en la sede de la Unión Asociación de Japón en Tokio. Entonces anunciaron a los pastores de iglesia reunidos en un encuentro ministerial especial de que en 2018 se llevarían a cabo reuniones de evangelización en todo el país durante tres semanas.

¿La reacción? Una confusión generalizada.

Pero ya no más. “Todo Japón 2018 Maranatha”, como se conocen las históricas reuniones de evangelización, ha motivado a los miembros de iglesia a la acción de una manera destacada, y promete transformar a la Iglesia Adventista en Japón para siempre, dijo Shimada.

“Esto es mejo que lo que imaginé”, dijo. “Durante los últimos veinte a treinta años, hemos sido una iglesia para adentro. Hemos mirado hacia adentro. Pero ahora somos una iglesia hacia afuera. Nuestro énfasis ha cambiado”.
La iniciativa de evangelización, que comenzó en marzo y alcanza a 161 sedes, ha resultado en decenas de bautismos hasta el 19 de mayo, cuando terminó la mayor parte de las reuniones. La cifra final estará disponible después de que concluyan las últimas reuniones en junio próximo.

Ted N.C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial, dijo que este era solo el comienzo.

“Creo que estamos viendo el comienzo de una poderosa ola que cubrirá la Tierra, y todo mediante el poder de Dios”, dijo.

Confusión y dudas

Un año antes, sin embargo, se presentaron serias dudas sobre la factibilidad de las reuniones. Este artículo se basa en entrevistas con una treintena de líderes, pastores y miembros de iglesia de Tokio y otras ciudades.

Surgió confusión entre los pastores cuando se enteraron del plan de tener reuniones de evangelización durante tres semanas. Solo habían llevado a cabo reuniones que iban de dos a cuatro noches. La última vez que se habían llevado a cabo reuniones de evangelización durante más noches en Japón fue cuando misioneros de los Estados Unidos llevaron a cabo reuniones de uno a tres meses poco después de la Segunda Guerra Mundial.

Para complicar aún más las cosas, los pastores japoneses habían considerado por mucho tiempo las reuniones de evangelización como un momento de siembra, una oportunidad de introducir a las visitas a la fe adventista. Pero las reuniones durante tres semanas serían tratadas como un momento de cosecha, durante el cual la gente entregaría su corazón a Jesús y sería bautizada.

Entre los pocos que rápidamente abrazaron el plan se estuvo Toshihiro Nishino, presidente y gerente general del Hospital Adventista de Tokio.

“En lo que respecta al evangelismo, creo que si hay siquiera un uno por ciento de posibilidades de tener éxito, entonces hay que hacerlo”, dijo.

Pero muchos otros cuestionaron la sabiduría de implementar un programa “occidental” en un país en el que el 95 por ciento de la población se identifica con las religiones sintoísta y budista. Solo el 0,7 por ciento de los 127 millones de habitantes de Japón es cristiano, y menos de la mitad asiste a los cultos de sus iglesias.

Una experiencia reveladora

Un punto de inflexión se produjo en junio de 2017, cuando 48 pastores y líderes laicos volaron a las Filipinas para dirigir reuniones de evangelización durante tres semanas bajo la dirección de Duane McKey, que coordina el evangelismo de Todos los Miembros Involucrados para la Iglesia Adventista mundial y es también presidente de Radio Mundial Adventista. Las reuniones en la isla de Mindoro concluyeron con el bautismo de 1400 personas, lo que incluyó aldeas enteras, y los oradores japoneses regresaron a sus hogares con renovado entusiasmo por el evangelismo público.

“Después de Mindoro, mi vida nunca volvió a ser la misma”, dijo Emma Ballesteros, que presenció el bautismo de 18 personas en su sede.

Ballestero, que trabaja en la Embajada de Filipinas y ha vivido en Japón durante 19 años, dijo que la experiencia le enseñó cómo llevar a cabo una campaña de evangelización y la ayudó a vencer el temor a hablar en público.

Lo más importante, dijo, fue que “el Señor me ayudó a depender de su Santo Espíritu y no en mí misma, y a tener una relación y un tiempo consecuentes con Dios”.

Regresó así a Japón lista para predicar, y decidida a hallar nuevas maneras de esparcir el evangelio. A comienzos de año, estableció un grupo de oración en línea que reúne a personas de todo Japón y algunos otros países. El grupo de siete a veinte personas, que se reúne dos veces a la semana, ha sido testigo de respuestas increíbles a las oraciones sobre salud, finanzas y otras cuestiones, dijo.

Otros participantes del viaje a las Filipinas contaron historias similares sobre una relación más profunda con Cristo, y un deseo renovado de compartir su amor.

“Fue una experiencia reveladora”, dijo Toshio Shibata, secretario ejecutivo de la Unión Asociación de Japón. “Muchos estuvieron al frente de una campaña por primera vez. Ya no hubo discusiones. Lo experimentaron por ellos mismos”.

Hora de involucrar a todos

El último desafío fue obtener el apoyo de los miembros de iglesia regulares, cuya edad promedio supera los 65 años. La participación de ellos sería fundamental para el éxito de las reuniones.
Myung Hoon Rha, pastor asociado de la iglesia adventista de Amanuma en Tokio, recordó qué reacia se mostró la congregación, que con sus novecientos miembros es la iglesia más grande de Japón.

“La gente estaba negativa”, dijo. “Dijeron: ‘Es una idea de Occidente que no funcionará aquí’”.

Pero sus dudas no duraron mucho cuando vieron milagros delante de sus mismos ojos.

En la iglesia de Amanuma, los miembros de iglesia asistieron a una escuela de evangelismo enseñada por Ron Clouzet, secretario ministerial de la Iglesia Adventista en la región de Asia Pacífico Norte, cuyo territorio incluye a Japón. Clouzet concluyó con una campaña piloto de tres semanas en octubre de 2017, en la que se bautizaron 17 personas, una cifra que asombró a los feligreses.

“Ahora nuestros miembros están entusiasmados”, dijo Rha. “Saben que Dios está vivo”.

Los miembros de iglesia están particularmente emocionados por el número de visitas no buscadas. En los meses previous a las reuniones de evangelización, hay personas que comenzaron a llegar a las iglesias adventistas sin siquiera haber sido contactados por los miembros de iglesia. Muchas visitas habían estado buscando la Biblia por su cuenta, quedaron impresionados con la verdad del sábado como día de reposo, y hallaron la Iglesia Adventista después de buscarla en línea.

Encendidos por Cristo

Las reuniones de evangelización han encendido un nuevo fuego por Cristo en los miembros de iglesia, dijo Shimada, presidente de la Unión Asociación de Japón.

“Una feligresa me dijo que su iglesia al comienzo tenía miedo”, contó. “Pero ahora dijo: ‘Esto ha sido bueno para nosotros’”.

Wilson, que dirigió reuniones de evangelización en la iglesia de Amanuma, sonrió cuando se le preguntó por qué se eligió a Japón para las reuniones de evangelización.

“Para responder la pregunta ‘¿Por qué Japón?’ Bueno, ¿por qué no Japón, y todos los demás lugares?’”, dijo. “El Señor quiere que cada lugar de la tierra sea alcanzado con este maravilloso mensaje del advenimiento y los mensajes de los tres ángeles, ensalzando a Cristo y su justicia”.

Wilson felicitó a los miembros de iglesia por adoptar el evangelismo de Todos los Miembros Involucrados en Japón. Todos los Miembros Involucrados es una iniciativa de la iglesia mundial que anima a que cada miembro traiga a alguien a los pies de Jesús.

“Es maravilloso de qué manera los miembros han revivido en sus esfuerzos por tocar los corazones y la vida de sus amigos, parientes y vecinos”, dijo Wilson. “Esto es exactamente lo que Cristo quiere que hagan como sus discípulos. Es maravilloso ver lo que Dios está haciendo en Japón”.

Traducción de Marcos Paseggi

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