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Un miembro nuevo celebra después de ser bautizado en la Iglesia Adventista, después de reuniones de evangelización organizadas por estudiantes de la Universidad Andrews en Holguín, Cuba, el último Receso de Primavera. Imagen de la Universidad Andrews

11 de mayo de 2017 | Berrien Springs, Míchigan, Estados Unidos | Samantha Angeles, Universidad Andrews/Adventist Review/DIA

Doscientos veintidós nuevos creyentes fueron bautizados en Cuba en la culminación del viaje misionero “Care for Cuba” durante el Receso de Primavera, organizado por el Seminario Teológico de la Universidad Andrews, una institución adventista de Berrien Springs, Míchigan, Estados Unidos.

Un grupo de estudiantes y pastores del Seminario Teológico que participaron del bautismo de 222 personas en Holguín, Cuba. Imagen de la Universidad Andrews

Durante nueve días, el equipo de 24 seminaristas y tres docentes acompañantes organizó seis campañas simultáneas de evangelización en diversas partes del Holguín, en la región oriental de Cuba. El equipo también regaló prendas de vestir, instrumentos musicales, cien bicicletas, veinte computadoras y doce tabletas a pastores y obreros que no tienen transporte o acceso a Biblias, libros devocionales u otros materiales para el ministerio.

En la noche final, los seis grupos se unieron en un estadio de básquetbol para el culto que culminó con un llamado al bautismo. Asistieron a la reunión más de dos mil personas. A la mañana siguiente, después de un culto sabático en las mismas instalaciones, 222 nuevos creyentes fueron bautizados.

“Hace unos años, era impensable tener cultos religiosos en instalaciones públicas”, dijo Fernando Ortíz, director de la Maestría en Teología (Divinity) y organizador de la iniciativa “Care for Cuba”, al explicar que fue tan solo el segundo congreso religioso llevado a cabo en Holguín.

Ortíz coordinó el primer viaje misionero a Cuba en 1998. Cuando se convirtió en director de la maestría en teología (Divinity) en el seminario, unió su entusiasmo por la preparación de pastores para el ministerio con el llamado a satisfacer las necesidades de la Iglesia Adventista en Cuba. El resultado fue “Care for Cuba”, el viaje anual de estudios que hizo historia en 2013 como la primera institución educativa de la División Norteamericana que llegó a Cuba en casi 50 años.

“Durante décadas, Cuba se sintió olvidada por el mundo, aun por el mundo adventista”, dijo Ortíz. “Por década no podíamos ir allí o enviar dinero, y ahora es tiempo de recuperar lo que no hemos podido hacer durante cincuenta años”.

Parte del programa se llevó a cabo en un estadio de básquetbol en Holguín, Cuba. Imagen de la Universidad Andrews

Desde que comenzó “Care for Cuba” en 2013, 120 seminaristas y siete miembros del personal han participado del ministerio en Cuba, lo que ha producido más de ochocientos bautismos, además de capacitarse a cientos de pastores e instructores bíblicos cubanos para que desarrollen un ministerio más efectivo.

Un aspecto particular del viaje de este año es el primer esfuerzo de evangelización joven de “Care for Cuba”, donde los seminaristas implementaron técnicas de evangelismo creativo tales como un ministerio con el Frisbee. Los esfuerzos atrajeron cada noche de entre 60 a 80 jóvenes y estudiantes universitarios a una iglesia alquilada a los Cuáqueros.

“Fue una verdadera mirada desde adentro de cómo practicar el ministerio”, dijo Samuel Ulett, quien participó del viaje y se graduará del seminario en diciembre. “Fue una gran experiencia de aprendizaje y una oportunidad de aprender cómo practicar el ministerio en un ambiente diferente”.

El viaje no solo benefició al pueblo cubano, sino que transformó el ministerio de los pastores que asistieron como parte de su capacitación.

“Lo que veo para mí en el futuro es tener una iglesia en la que nos comuniquemos e interactuemos con la comunidad, así como lo hicimos en Cuba”, dijo Michael Shelton, que también participó del viaje misionero 2017. “Si hay algo que aprendí de ir a Cuba, es el hecho de que la gente está anhelando una relación sana. No quieren saber cuánto uno sabe de la Biblia, sino que quieren saber que uno se interesa en ellos, y esa es la base de todo”.

El grupo de estudiantes del Seminario de la Universidad Andrews que participaron en un viaje misionero reciente a Cuba durante el Receso de Primavera. Imagen de la Universidad Andrews

Leif Cano, que también se graduará del seminario en diciembre, concordó con esa apreciación: “En el futuro, quiero hacer algo así con mi iglesia: ir a diferentes lugares, y alcanzar a los necesitados de la comunidad”.

Los estudiantes pasados del seminario se han visto tan inspirados por el viaje que han organizado recolección de fondos para “Care for Cuba” y hasta han organizado sus propios viajes misioneros a Cuba.

“El viaje tuvo un gran impacto en los estudiantes, porque aprendieron el modelo de evangelismo del Nuevo Testamento, que no puede fallar en ningún lugar”, dijo Ortiz. “Aprendieron que el evangelismo es un estilo de vida. Acaso no ganen 222 personas en un año pero, por cierto, pueden llevar a cabo una obra misionera efectiva”.

Traducción de Marcos Paseggi

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