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Juan Prestol-Puesán, tesorero de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, muestra el giro radical en los activos netos de la iglesia durante 2016, en el Concilio de Primavera en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos. Imagen de Brent Hardinge/ANN

12 de abril de 2017 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Libna Stevens/DIA

El tesorero de la Asociación General de la Iglesia Adventista Juan Prestol-Puesán dijo que la marcada recuperación financiera que experimentó la sede central de la iglesia en 2016 no es nada menos que la intervención divina. Prestol-Puesán hizo sus declaraciones al presentar el Informe de Tesorería durante el primer día del Concilio de Primavera de la Junta Ejecutiva de la Asociación General, una de las dos asambleas principales anuales que tiene la iglesia.

La Asociación General, que terminó 2015 con una disminución de 20 millones de dólares en sus activos netos, ha vuelto a tener saldo a favor, dado que balanceó sus cuentas y aun terminó 2016 con un superávit de 1 millón de dólares. Ese cambio radical de 21 millones de dólares, dijo Prestol-Puesán, “da testimonio de las respuestas de Dios a la oración”.

Prestol-Puesán reconoció que algunos cambios en el ámbito político y económico han ayudado a que el informe 2016 sea más positivo. El tesorero mencionó varios elementos específicos, lo que incluye que la esperada disminución del mercado de los Estados Unidos después de las contiendas electorales no se produzco, y que los diezmos brutos aportados por la División Norteamericana alcanzaron mil millones de dólares por primera vez en su historia. También se mencionó la recuperación parcial de la moneda brasileña, y la disciplina fiscal de la sede central de la iglesia mundial. Esta última fue fundamental para controlar los gastos a los niveles presupuestados o por debajo de ellos, ayudando a balancear las cuentas y mantener una mayor viabilidad financiera.

A pesar de los mejores esfuerzos del equipo, Prestol-Puesán dijo que el cambio en las perspectivas es “obra de Dios”. Un momento después, hizo una pausa en su presentación para pedir una oración especial para agradecer al Señor por cuidar su iglesia.

Ted N.C. Wilson, presidente de la Asociación General, se hizo eco de las palabras de Prestol-Puesán. “Esto no es nada menos que la mano interventora de Dios”, dijo, a la vez que felicitó al tesorero y su equipo por su “enfoque sumamente cuidadoso” durante un clima económico mundial incierto y las continuas fluctuaciones de las monedas.

Señales positivas

Prestol-Puesán contó que, como resultado de una cuidadosa evaluación y un plan de reducción de los gastos, el monto total gastado en las operaciones de la sede de la iglesia mundial disminuyó 14,9 millones de dólares entre 2015 y 2016. Los gastos operativos, sin embargo, alcanzaron el 99,2 por ciento del tope de 2 por ciento de los diezmos brutos totales, que es el máximo de diezmos que puede usar la Asociación General en su presupuesto operativo de los gastos operativos de la sede central, según ha sido autorizado por la Junta Ejecutiva de la Asociación General.

En otro resultado positive, Prestol-Puesán informó que los gastos de viajes sumaron solo el 68.1 por ciento del total de gastos presupuestados. “Les dijimos a los empleados de cada secretaría y departamento: ‘Planifiquen sus viajes con detenimiento. No vayan a un viaje determinado a menos que tengan algo significativo para hacer’”. Los empleados escucharon, y actuaron según lo pedido, dijo el tesorero.

Prestol-Puesán, sin embargo, hizo un llamado especial a evitar cualquier tipo de triunfalismo. “Tuvimos una marcada caída. Regresamos a la superficie. Ahora tenemos que mantenernos en la superficie”, dijo.

Los desafíos por delante

Uno de los mayores desafíos que enfrentará la sede mundial de la iglesia en los próximos cuatro años es una disminución de los diezmos, dijo Prestol-Puesán. Según el reglamento eclesiástico-administrativo de la Asociación General V 09 05 2d, la División Norteamericana, que en 2016 contribuyó un 6.85 por ciento de sus diezmos a las operaciones de la Asociación General, contribuirá un 6,6 por ciento este año, y un 6,35 por ciento en 2018. En 2019, la división transferirá 6,10 por ciento de sus diezmos, para finalmente contribuir 5,85 por ciento a partir de 2020, lo que liberará más fondos para la misión de la División Norteamericana en su territorio.

Algunas otras cifras relevantes, explicó Prestol-Puesán, no han regresado a los montos de los años anteriores. De manera específica, el porcentaje de capital operativo recomendado, que en 2014 alcanzó 102,7 por ciento, fue de solo el 88 por ciento en 2016. Asimismo, el porcentaje de activos netos respecto de los compromisos, que en 2014 llegó a 124.8 por ciento, terminó 2016 en 98,9 por ciento. “Es la realidad que enfrentamos, pero estamos siguiendo de cerca esas cifras”, expresó.

Otro desafío para la sede de la iglesia mundial tiene que ver con el tope de 2 por ciento operativo de los ingresos de diezmos brutos, que se ha visto afectado por las fluctuaciones de las monedas internacionales en los últimos años. Se espera que, si la fortaleza del dólar continúa, la Asociación General superará el tope a partir de este año. En preparación para ello, la Comisión de Planificación Estratégica y Presupuesto recomendó a la Junta Ejecutiva un incremento al 2,12 por ciento para 2017 y 2,13 por ciento para 2018. Los miembros votaron la recomendación, que fue aprobada por unanimidad.

En general, Prestol-Puesán expresó su profundo aprecio por los esfuerzos de su equipo, y por la fidelidad de los miembros de iglesia en diversas partes del mundo. En último término, sin embargo, le dio todo el crédito a Dios. “Recuerden que cuando hacemos lo mejor que podemos, Dios se encarga del resto”, dijo. “Tomamos muy en serio nuestras responsabilidades, pero nuestras cargas le pertenecen a Dios”.

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