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9 de agosto de 2012Miami, Florida, Estados Unidos…Libna Stevens/DIA

Tracy Joseph ha tenido pasión por las carreras deportivas desde que era muy joven. Participaba en cualquier deporte que podía. A los 13, mientras estudiaba en la Escuela Adventista de Limón, Costa Rica, escuchó de la carrera de los 200 metros de la ciudad y fue con amigos para ver si podía participar. Sin entrenamiento formal entró a la competición y venció a la favorita. De allí siguió para representar la Provincia de Limón en una competición nacional.

Ahora, a los 24 años, Joseph ha ganado muchas medallas en eventos nacionales e internacionales, de Costa Rica, América Central y Sudamérica hasta lugares tan distantes como Finlandia. Hace poco, con sus ojos puestos en los Juegos Olímpicos de Verano en Londres, Reino Unido, voló a Colombia en junio para competir en dos finales de eventos internacionales. Completó la primera carrera en Cali, pero horas antes de viajar a Bogotá para el segundo evento recibió unas noticias inesperadas.

Había estado entrenando para su mejor tiempo en el trayecto de 200 metros de 23.78 segundos a 23.30 segundos, que la calificaría para competir en los Juegos Olímpicos. Con ese objetivo en mente, se preparaba para ir a Bogotá cuando se le informó que la competencia final allá fue reprogramada de un domingo a un sábado.

Al oír eso, Joseph hizo sus maletas y regresó a Costa Rica.

Esa decisión no la perturba, pues, está muy convencida a cerca de la observancia del sábado. Pero ella admite que, estando tan cerca a probar suerte en los Juegos Olímpicos, había batallado con sus pensamientos.

«Esa noche batallé en mi hotel, pero entendí que mis victorias deberían estar mano a mano con Jesús. Y si yo habría seguido adelante con esa carrera, habría ido contra su voluntad», dice Joseph, quien también explicó que era muy tarde para apelar o entrar en otra carrera clasificatoria

Semanas más tarde, Joseph no lamenta su decisión. Está gozando los Olímpicos en su TV en su hogar.

«Esa decisión me ha enseñado para cambiar más cosas en mi vida para lo mejor, e igual, ha sido una bendición para otros», explica Josph, que creció en un hogar adventista y fue bautizada a los 9 años de edad.

Joseph tuvo que detener su participación en tales competencias antes mientras terminaba su grado en negocio en la universidad en San José, Costa Rica. Dice que ajustarse entre lo que ama y lo que debe hacer es siempre un proceso.

«Me encanta correr, ni siquiera puedo expresar el impulso que siento», dice ella. «Además de competir, logro conocer mi cuerpo más y eso me motiva a hacer las cosas mejor cada día, aprendiendo a no dejar las cosas con facilidad y siempre dar lo mejor de mí en todo lo que hago, siempre poniendo a Dios en primer lugar».

Mientras está en entrenamiento, Joseph goza visitando sus padres y asistiendo a su iglesia, Iglesia Adventista de Limón. Viaja a las iglesias en el distrito y ofrece seminarios sobre salud y nutrición. Participa en programas de la Sociedad de Jóvenes Adventistas, campamentos para Guías Mayores y Conquistadores.

El pastor Miguel Adonia, pastor de la Iglesia Adventista Central de Limón y de otras tres iglesias en la ciudad, ha conocido a Joseph por más de dos años. Dice que no lo sorprende su decisión de privarse de los Olímpicos.

«Es claro notar que ella tiene una relación personal con Dios y no la oculta», dice el pastor Adonia. «Vive su vida con convicción porque sabe en lo que cree y testifica con su brillante ejemplo».

Por ahora Joseph toma unas pocas semanas fuera de competiciones y evalúa la ruta futura a tomar: continuar con su carrera atlética o ir por un grado en seguridad ocupacional e ingeniería de la salud.

Joseph no está preocupada porque sabe que Dios continuará corriendo la carrera de la vida a su lado. Comparte con los jóvenes adventistas «que, aunque el mundo ofrece muchas cosas, lo más importante es estar vigilante, orar, estudiar las Escrituras, ser fiel y hacer las decisiones correctas».

Tiene sus ojos puestos en hacer lo que Dios tiene reservado para ella.

«Se trata de poner a Dios primero y permitirle correr la carrera contigo», dice Joseph.

Traducción: Aleida T. Romero

Image by ANN. Cortesía de Tracy Joseph
Image by ANN Cortesía de Tracy Joseph

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